viernes, 4 de enero de 2013

Amor se llama el juego.

Hace demasiados meses que mis payasadas no provocan tus ganas de reír. No es que ya no me intereses, pero del tiempo de los besos y el sudor es la hora de dormir. Duele verte removiendo la cajita de cenizas que el placer tras de sí dejó, mal y tarde estoy cumpliendo la palabra que te dí cuando juré escribirte una canción. Un Dios triste y envidioso nos castigo por trepar juntos al árbol y atracarnos con la flor de la pasión, por probar aquel sabor.
El agua apaga al fuego y al ardor los años. Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño y cada vez peor, y cada vez más rotos, y cada vez más tu, y cada vez más yo sin rastro de nosotros.
Inocentes ni culpables, corazones que destroza el temporal; Carnes de cañón  No soy y,o ni tu ni nadie son los dedos miserables de piedad cuerda y reloj.
Y no hay lagrimas que valgan para volver a meternos en el coche donde aquella noche en pleno carnaval te empece a desnudar...
El agua apaga al fuego y al ardor los años. Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño y cada vez peor, y cada vez más rotos, y cada vez más tu, y cada vez más yo sin rastro de nosotros.